QUÉ COPA PARA QUÉ VINO

A la hora de servir un vino, siempre nos hacemos la misma pregunta ¿es esta copa la adecuada? ¿hasta dónde debo llenarla?

En el post de hoy vamos a solucionar estas dudas para que podáis servir el vino de la mejor manera y degustarlo en la copa que más resalte su aroma y sabor.

Como regla general, la copa que utilicemos debe de tener el talle lo suficientemente largo como para no tocar el cáliz y no calentar así el vino con nuestras propias manos.
Por otro lado, el cristal debe ser transparente y liso, para así apreciar la calidad y brillantez del vino

Vino Tinto:
Para ese vino, aunque se puede servir el vino blanco y el tinto en la misma copa, lo ideal sería una copa un poco más grande para éste ya que suele tener un sabor más fuerte y es necesario que tenga espacio para oxigenarse al entrar en contacto con el aire.

La mejor medida sería 12cl, o sea media copa.

Vino blanco:
Para un vino blanco, la copa no tiene por qué ser excesivamente grande pero si que es adecuado que la parte baja sea redonda y la alta sea mas cerrada para conservar mejor los aromas del mismo. A su vez, un tallo más alto evitará que estemos en contacto con el cáliz y calentemos de esta forma el vino que se sirve a temperaturas más bajas que el tinto.

La medida en ese tipo de copa son 8cl, o sea, 1/3 de la copa.

Vinos espumosos:
Para que conserven su efervescencia durante más tiempo, os aconsejamos una copa alta y delgada de tipo aflautada y a la hora de servirlo, podéis llenarla con 18cl, 3/4 de la copa.

Vinos dulces:
Habitualmente se sirven de postre y la regla mas importante que debemos  de seguir es que el vino ha de ser más dulce que el postre.

En este caso la copa será mas pequeña para dirigir el vino a la parte posterior de nuestra boca y que el dulzor no nos abrume.

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