Comenzamos una nueva sección en nuestro blog (a la que hemos llamado El Sacacorchos) dedicada a entrevistar a personalidades del mundo del vino (enólogos, viticultores, sumillers, etc…) para que nos cuenten su historia, nos den su visión sobre la situación del sector en nuestro país y, en definitiva, nos inspiren.
Para nuestra primera entrevista hemos elegido a Juan José Martínez Palmero, enólogo, viticultor y máximo responsable de una de las bodegas que más está dando que hablar en los últimos años: Bodegas Terra D’Art
Contactamos con él y enseguida nos atendió. Aquí os dejamos la entrevista. No os la perdáis porque no tienen desperdicio.
¿Cómo y cuándo comenzó tu interés por el vino y su cultura?
Desde bien pequeño, cuando paseábamos en los atardeceres de Agosto por la viñas del Cerro Castelar junto a mi abuelo, en Villar del Arzobispo. Tanto mi hermana como yo probábamos las uvas de aquellas parcelas y mi abuelo nos explicaba que eran de la variedad uva de perro (un sinónimo de Merseguera). Unos años después, tanto mi hermana como yo comenzamos nuestros estudios de enología.
¿Cuándo te planteaste por primera vez dedicarte a esto de manera profesional y cómo diste el salto?
Todo comienzo cuando tenia recién cumplidos los 17, encontramos unas parcelas muy viejas de Merseguera en la Aldea de Ahillas, el propietario, una persona bastante mayor, nos dijo que podíamos llevarnos unos kilos. Así que realice la primera elaboración en el garaje de mi casa con 150 kg. De Merseguera macerando pieles.
Año tras año seguimos elaborando parcelas en el garaje, siempre del Valle de Ahillas. El segundo año fueron 300 kg, el tercero 500 kg, y así sucesivamente hasta que 6 años después llegamos a elaborar 2.700 kg. en el garaje de casa. En ese momento es cuando surgió Terra D´Art.
Son muchos años desde que comenzaste tu carrera profesional como enólogo y viticultor, ¿crees que ha evolucionado mucho el sector desde entonces? ¿Cuáles han sido los cambios más significativos?
Hace 17 años cuando estudiaba enologia y viticultura, recuerdo que la Bobal era una variedad muy poco valorada. En ese momento ya había grandes enólogos intentando resurgir esta variedad, que pocos años después dio unos vinos excepcionales. Las grandes bodegas apostaban por variedades foráneas como Cabernet o Shyraz, y se valoraban positivamente los vinos con una barrica que comía la fruta de cada variedad.
Afortunadamente la forma de elaborar y trabajar ha cambiado, y ahora vamos hacia una linea de trabajo que cree mas en nuestras variedades autóctonas y que estas expresen su propia fruta y su propia peculiaridad edafoclimática (Terroir). Por tanto, creo que hemos cambiado a mejor, destacando sobre todo nuestro origen varietal, nuestra tierra y clima, y hemos dado el respeto necesario hacia nuestras variedades, bajando los tiempos de barrica o utilizando otros recipientes para la crianza de los vinos actuales.
¿Y el consumidor, ha cambiado también desde tus inicios?
Creo que el consumidor cambia, si evidentemente, pero a una velocidad 10 veces menor que los elaboradores. Los consumidores principales de nuestros vinos no suelen saber lo que es una maceración prefermentativa, una maloláctica o una crianza sobre lías. El consumidor quiere que, cuando se sienta a comer en un restaurante o en su casa, el vino “le este bueno” y si lo conseguimos habremos hecho bien nuestro trabajo.
Ahora bien, el consumidor ha estado saturado con vinos clásicos de Rioja o Ribera y en muchas ocasiones lo sigue estando. Por lo que no podemos pretender que de repente empiece a buscar los vinos de perfil oxidativo, o de grandes maceraciones. Eso lleva su tiempo, y es necesario despertar la curiosidad por parte del consumidor.
¿Crees que en general el público es más entendido ahora que antes? ¿En qué lo has notado?
Creo que los que estamos en el mundo del vino nos juntamos entre nosotros y entre consumidores habituales del vino, y en eso si que creo que ha habido una evolución positiva en el conocimiento del vino.
Creo que la evolución la ha habido en el público en general hacia vinos mas locales, por que lo han probado y han visto que el resultado es bueno. El consumidor general va despacio, y tenemos que hacer un esfuerzo por ponernos en la piel de ese consumidor que es el 98% de la gente que únicamente “quiere beber un buen vino con su cena”.
El ejemplo personal lo tengo en casa. Cuando conocí a mi mujer no bebía vino, le parecía muy fuerte, pero le dije que no había encontrado su vino de iniciación. Al día siguiente la invite a tomar un vi de gel de Gramona. Desde entonces no ha parado de beber vino, e incluso se atreve con los grandes Cognacs, por supuesto sin hielo.
¿El vino goza de buena salud en nuestro país?
Creo que se están poniendo los cimientos de una revolución, aunque nos queda trabajar mas a nivel mundial para que se reconozcan los vinos Españoles, por lo menos igual que los de otros países.
A nivel más local, creo que vamos bien, que nos estamos quitando la espinita en algunas zonas, que hacemos mejores vinos y que, por supuesto, tenemos consumidores de nuestros vinos que aprecian el trabajo del producto local y esta es la linea.
¿Cuáles son las principales virtudes de nuestro país como productores de vino?
Las características de cada una de nuestras zonas vitivinícolas, nuestras variedades y unas generaciones de enólogos bien formadas y que han elaborado en grandes bodegas de todo el mundo.
En 20 años, se elabora mejor, se trabaja mejor las parcelas, se han creado vinos de parcelas muy peculiares y se ha formado mejor al futuro elaborador, en este sentido soy optimista.
¿Y nuestros principales defectos?
El principal es la venta de nuestros vinos fuera, hay que hacer mucho trabajo de imagen a nivel internacional.
También, deberíamos modificar nuestro sistema de Denominaciones de Origen, por que muchas veces en ellas el origen afecta a diferentes áreas que claramente no están relacionadas entre si, pero que están dentro de la misma DO. Hay que hacer un esfuerzo y explicar al consumidor que un vino de Valencia no es lo mismo elaborarlo en Fontanars que en Cheste, o que en Titaguas. Son zonas muy diferentes con diversidad de climas y variedades. En esto los franceses nos ganan por goleada: tu te bebes un St. Esthepe y un Pauillac, y aunque estén a 15 km. los vinos no son iguales.
Por otro lado, debemos de ser serios y no por que un vino funcione doblar la producción al año siguiente, por que eso cuando se ha hecho, siempre ha salido mal. Podemos producir con una calidad lo que podemos producir, no podemos forzar la maquina y cargarnos la imagen de una bodega, por que perjudica seriamente a toda una zona.
¿Cuál es el estado del mercado en la actualidad?
Según los últimos datos, hemos dejado de tener una tendencia a la baja de consumo en el vino, y muy sutilmente ha aumentado. También esto es posible porque el consumo de lo que se denominan vinos de calidad ha aumentado.
Creo que el consumidor valora las cosas bien hechas, complementándose imagen y producto.
En nuestro caso, nos hemos rodeado de personas como Jose Luis Llorens (Beals / Bodega Santander) y todo su equipo en Valencia, cuyo trabajo lo lleva desempeñando muy bien desde hace años y eso hace que los resultados poco a poco vayan apareciendo. Creo que debes creer en tu distribuidor y el en tu proyecto, debe ser un tandem. Si uno no cree en el otro, la silla cojea.
¿Hacia dónde se dirige el sector en un futuro próximo y a qué retos deberemos enfrentarnos?
Vamos hacia vinos mas peculiares, pero sin perder de vista el consumidor habitual. Variedades autóctonas e incluso vinos parcelarios, que van a ser mas exclusivos y difíciles de encontrar, pero eso va a ser bueno para que el consumidor empiece a volver a comprar el vino en tiendas especializadas.
Desde luego siempre van a haber vinos en los supermercados, pero nunca pequeñas producciones, y no olvidemos que nos gusta sentirnos exclusivos. Esta es mi humilde opinión.
Si quieres conocer alguno de los excelentes vinos de Bodegas Terra D’Art visita este enlace.
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